miércoles, 15 de junio de 2011

LUNAS DE JUPITER

LUNA IO
Con su apariencia de pizza gigante recubierta con queso fundido y manchas de tomate y aceitunas, Ío es el cuerpo con mayor actividad volcánica del Sistema Solar. Plumas volcánicas se alzan a más de 300 km (190 millas) sobre la superficie, hechas material que es lanzado a casi la mitad de la velocidad de escape. Es un poco más grande que la Luna de la Tierra, y es la tercera mayor luna de Júpiter y la quinta en distancia al planeta.
Europa

Europa, la helada luna joviana, es algo menor que la
. Luna de la Tierra Como la Tierra, se cree que Europa posee un núcleo de hierro, un manto rocoso y un océano de agua salada en la superficie. Sin embargo, al contrario que en la Tierra, este océano es tan profundo que cubre toda la superficie de Europa, y al estar alejado del Sol, la superficie del océano está congelada por completo.
Calisto

Con un diámetro de más de 4.800 km (2.985 millas), Calisto es el tercer mayor satélite del Sistema Solar, y tiene casi el tamaño de Mercurio. Calisto es el satélite galileano más externo, y orbita más allá de los principales cinturones de radiación de Júpiter. Tiene la menor densidad de todos los satélites galileanos (1,86 g/cm3). Su interior probablemente sea similar al de Ganimedes, excepto por el hecho de que su núcleo rocoso es más pequeño, y este núcleo está rodeado por un gran manto helado. La superficie de Calisto es la más oscura de las lunas galileanas, pero es el doble de brillante que nuestra propia luna.
Tebe: 100 kilómetros (60 millas) de diámetro; orbita a 222.000 kilómetros (138.000 millas) de Júpiter.

No sabemos mucho de ninguna de estas lunas. Incluso puede que las medidas de tamaño no sean muy precisas. Tienen todas ellas formas irregulares, por carecer de la masa y/o de la fluidez por su composición para adquirir una forma cercana a la esférica. La nave Galileo ha mostrado algunas formaciones de la superficie, incluyendo cráteres de impacto, colinas y valles.
 
 

miércoles, 13 de abril de 2011

JUPITER


                                                           CARACTERISTICAS DE JUPITER

Júpiter es el quinto planeta del Sistema Solar. Forma parte de los denominados planetas exteriores o gaseosos. Recibe su nombre del dios romano Júpiter (Zeus en la mitología griega).
 Se trata del planeta que ofrece un mayor brillo a lo largo del año (aunque Venus puede superarlo dependiendo de su fase, al igual que Marte si se encuentra en una posición favorable). Es, además, el mayor entre los planetas del Sistema Solar, con una masa de más de 310 veces la terrestre, y un diámetro unas 11 veces más grande.
 Júpiter es un cuerpo masivo gaseoso, formado principalmente por hidrógeno y helio, carente de una superficie interior definida. Entre los detalles atmosféricos se destacan la Gran mancha roja, un enorme anticiclón situado en las latitudes tropicales del hemisferio sur, la estructura de nubes en bandas y zonas, y la fuerte dinámica de vientos zonales con velocidades de hasta 140 m/s.
 Júpiter

es el más masivo de los planetas del Sistema Solar: su masa equivale a unas 2,5 veces la suma de las masas de todos los demás planetas juntos. Más de un centenar de planetas extrasolares han sido descubiertos con masas similares o superiores a la masa de Júpiter. Júpiter también posee la velocidad de rotación más rápida de los planetas del Sistema Solar: gira sobre su eje en poco menos de 10 horas. Esta velocidad de rotación se deduce a partir de las medidas de campo magnético del planeta. La atmósfera se encuentra dividida en regiones con fuertes vientos zonales con periodos de rotación que van desde las 9h 50m 30s en la zona ecuatorial a las 9h 55m 40s en el resto del planeta.


JUPITER
Júpiter es el quinto planeta del Sistema solar. Forma parte de los denominados planetas exteriores o gaseosos. Recibe su nombre del dios romano Júpiter (Zeus en la mitología griega).
Se trata del planeta que ofrece un mayor brillo a lo largo del año (aunque Venus puede superarlo dependiendo de su fase, al igual que Marte si se encuentra en una oposición favorable). Es, además, el mayor entre los planetas del Sistema Solar, con una masa más de 310 veces la terrestre, y un diámetro unas 11 veces más grande.
Júpiter es un cuerpo masivo gaseoso, formado principalmente por hidrógeno y helio, carente de una superficie interior definida. Entre los detalles atmosféricos se destacan la La Gran Mancha Roja, un enorme anticiclón situado en las latitudes tropicales del hemisferio sur, la estructura de nubes en bandas y zonas, y la fuerte dinámica de vientos zonales con velocidades de hasta 140 m/s.




Júpiter es el más masivo de los planetas del Sistema Solar. Su masa equivale a unas 2,5 veces la suma de la masas de todos los demás planetas juntos. Más de un centenar de planetas extrasolares han sido descubiertos con masas similares o superiores a la masa de Júpiter. Júpiter también posee la velocidad de rotación más rápida de los planetas del Sistema Solar: gira sobre su eje en poco menos de 10 horas.

Esta velocidad de rotación se deduce a partir de las medidas de campo magnético del planeta. La atmósfera se encuentra dividida en regiones con fuertes vientos zonales con periodos de rotación que van desde las 9h 50m 30s en la zona ecuatorial a las 9h 55m 40s en el resto del planeta.
El planeta es conocido por una enorme formación meteorológica, la Gran Mancha Roja, fácilmente vislumbrable por astrónomos aficionados dado su gran tamaño, superior al de la Tierra. Su atmósfera está permanentemente cubierta de nubes que permiten trazar la dinámica atmosférica y muestran un alto grado de turbulencia.

                                                                      ATMOSFERA



                                                             La Gran Mancha Roja


El científico inglés Robert Hooke observó en 1664 una gran formación meteorológica que podría ser la Gran Mancha Roja (conocida en inglés por las siglas GRS). Sin embargo no parecen existir informes posteriores de la observación de tal fenómeno hasta el siglo XIX. En todo caso, varía mucho tanto de color como de intensidad. Las imágenes obtenidas por el Observatorio Yerkes a finales del XIX muestran una mancha roja alargada, ocupando el mismo rango de latitudes pero con el doble de extensión longitudinal.

A veces, es de un color rojo fuerte, y realmente muy notable, y en otras ocasiones palidece hasta hacerse insignificante. Históricamente en un principio se pensó que la gran mancha roja era la cima de una montaña gigantesca o una meseta que salía por encima de las nubes.

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